Hay un refrán que asegura “alpargata no es zapato ni que le pongan tacón”. De este modo queda establecida la diferencia entre uno y otro; pero los precios de este calzado hoy día está en los dos millones de bolívares viejos, lo que no costaban los mejores zapatos en los años setenta y ochenta.
El origen de la alpargata dicen que está en el Egipto de los faraones, luego los romanos copiaron este calzado para producir una sandalia cómoda que protegiera el pie y que fuese muy ventilada. Para el 1322 hay registros de los catalanes que se refieren directamente a este calzado a las que denominan “espardenyes”, tal como hoy dia conocen a la pantufla. Hay un refrán que asegura “alpargata no es zapato ni que le pongan tacón”.
De este modo queda establecida la diferencia entre uno y otro; pero los precios de este calzado hoy día está en los dos millones de bolívares viejos, lo que no costaban los mejores zapatos en los años setenta y ochenta.
Entre los alpargateros de tronío se recuerda a Sabás Castillo, maestro y alpargatero los hermanos Daniel y Rigual Piñero, Juan Requena, padre de la recordada y querida profesora Mercedes Rengifo, los hermanos Vanezca, Gregorio Pereira y Vicentico Seijas.
De igual modo el Viejo Mota y sucesores en la calle Deleite, esquina de Mandilito. Nos referimos a alpargatas suela de cuero con capelladas y taloneras de pábilo, porque también las había con suela de caucho y en los caminos reales uno veía la huella en la arena de los que al no tener recurso económico optaban por lo más barato.
Para las capelladas tejido que cubre el empeine, las taloneras y el correíto que une ambas partes se utiliza el pábilo y para su tejido el telar de tres partes y la aguja. Hay diversidad de colores y estilos.
Recientemente vimos unas que lucía nuestro amigo Carlos Camero, azules, seguramente de nylon importado y sin hueco delantero para el refrescamiento del dedo gordo.
Semejaba a unas toreritas o quizás a las recordadas “múcuras”, pero obviamente que eran alpargatas. También las bordaban con estambre, los más sobrios las pedían en color negro y los más informales hasta le bordaban la bandera nacional. Ultimamente hemos visto algunas con figuras bordadas de gallos y hasta el logo de una conocida empresa transnacional de productos náuticos.
Era un lujo lucir un par de alpargatas bordadas en estambre negro con el aderezo del llamado “pico e patente”. Algunos le colocaban patente en la parte inferior de la capellada. Hablamos de la alpargata tradicional llanera.
De Apure venían los cargadores de ganado y se llevaban paquetes contentivos de una docena de este calzado popular que entonces era una alternativa económica. Primera, segunda y tercera era la numeración que se utilizaba. Hablar de unas alpargatas primera era referirse al denominado “zapato e tropa”, es decir de 40 en adelante.
Con el paso del tiempo la confección ha mejorado sensiblemente. En la parte interior le colocan plantillas y la suela la recubren con goma. En Apure, Barinas y otros estados llaneros en lugar de pábilo para las capelladas, utilizan cuero cromo o lona; pero las siguen llamando alpargatas. Hay gente de Valle de la Pascua que uno recuerda permanentemente calzado con alpargatas.
Entre ellos a Daniel Piñero, alpargatero, adeco “ cacha rajá” y padre de Benito, Pedro, Jorge y Esteban. De igual manera a Don Celestino Aguilar, dueño de Comercial Aguilar y padre de Omar, Demetrio y la siempre bella Floriselva. Hay un personaje a quien conocemos de vista, conocido popularmente como “Ramonita” su atuendo de guayabera manga corta lo integra permanentemente un par de alpargatas negras.
Hubo un personaje del mundo artístico conocido como “El Sabanero Porteño” que vestido de liquiliqui, colocaba un par de maracas en las capelladas de sus alpargatas y brindaba un show espectacular.
La alpargata, como dice el refrán, no es zapato ni que le pongan tacón, sigue en uso pero a precios cada vez más altos; porque los insumos para su confección cada vez están más caros.
La suela es cuero de ganado, los hilos son importados y continúa siendo un ícono del ser llanero. Hablamos de la alpargata tradicional, no de las llamadas cotizas, pantuflas o cocuizas.
Valmore García C.N.P. 6.547