Tener pareja no es una obligación para alcanzar la felicidad, por ello todos los 13 de febrero —en plena víspera de San Valentín— se celebra el Día del Soltero.
Un a tradición que nació en la China de finales de la década de los 90, con la intención de que los solteros del gigante asiático no se sintieran fueActualmente, se trata de una fiesta global en la que la soltería es tomada como un aspecto positivo, lejos de cualquier prejuicio.
Así nadie se queda sin celebrar. Es una oportunidad para que los solteros por convicción, los viudos o divorciados se hagan un regalo a sí mismos.
Facebook, Twitter e. Instagram son las redes sociales más usadas por los solteros. Según los datos del último estudio Connected Life, de la consultora Kantar TNS, con un 86%, WhatsApp es el servicio de mensajería más usado por los solteros.
El mismo informe revela que en Europa los solteros son los que más usan sus smartphones y casi el 60% aprovecha cualquier ocasión para buscar pareja desde su dispositivo móvil.
Además, son usuarios exigentes, que investigan y comparan los productos que desean antes de concretar una compra.
Los solteros “pueden ser tan felices como quienes tienen una relación”, asegura un estudio de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda.
El mismo análisis asegura que el “bienestar al que pueden llegar los solteros es mayor que el de los casados, pues disfrutan mucho más de sus actividades personales” que tendrán de lugar en el mes del amor.
Estos datos han hecho de este sector un nicho importante y atractivo para las marcas. Por ello, muchas de estas aprovechan la ventaja competitiva que la publicidad en redes sociales les otorga mediante la segmentación de público.
Por otro lado, la soltería puede ser una ventaja a la hora de tomar decisiones importantes en la vida. Desde un cambio laboral o la planificación de un largo viaje, estas decisiones al depender de una sola persona se toman con mayor facilidad. Además, el círculo de amistades de un soltero tiende a ser más amplio que el de quienes mantienen una relación en pareja.
El Comercio