Un avión brasileño con 62 personas a bordo, incluidos cuatro tripulantes, que despegó de Cascavel, en el Estado de Paraná, y volaba con destino al aeropuerto internacional de Guarulhos, en las afueras de São Paulo, ha caído en picado este viernes sobre una zona residencial de la ciudad de Vinhedo.
No hay supervivientes, según una nota oficial del Ayuntamiento de una ciudad vecina, Valinhos, citada por la prensa brasileña.
El presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, también los ha dado a todos por muertos al pedir un minuto de silencio en el acto en el que participaba.Los bomberos han desplazado siete equipos a la zona del accidente.
En la aeronave viajaban 62 personas, incluidos cuatro tripulantes, según ha informado la compañía aérea Voepass.La agencia de defensa Civil teme que haya impactado en una zona residencial.
Los hospitales de las ciudades cercanas han sido puestos en alerta. El avión estrellado es un bimotor modelo ATR 72, según Globo.
El presidente Lula, que está de viaje en el Estado sureño de Santa Catarina, ha interrumpido el discurso que estaba dando con estas palabras:
“Tengo que darles muy malas noticias. Me gustaría que todos se pusieran de pie para que podamos guardar un minuto de silencio porque acaba de estrellarse un avión.
Parece que todos han muerto. Me gustaría pedir un minuto de silencio por las víctimas”.“Salvó mi vida”, contaba emocionado en el aeropuerto de partida del vuelo siniestrado un pasajero al que no permitieron embarcar por llegar tarde.
Por redes sociales circulan imágenes grabadas por los vecinos que fuern testigo del desplome del avión y también del incendio causado por el impacto.
Los gobernadores de Paraná y de São Paulo, origen y destino de la aeronave siniestrada, estaban juntos en un acto público y se dirigen juntos hacia Vinhedo. La ciudad del accidente se ubica a 70 kilómetros al norte de São Paulo.
El Pais