El presidente ruso, Vladimir Putin, ha firmado la actualización de la doctrina nuclear, en la que se ha ampliado la lista de condiciones para un ataque nuclear ruso. Rusia se reserva el derecho de responder con armas nucleares a la agresión de un Estado, aunque este no posea armas nucleares propias.
Basta con que el agresor cuente con el apoyo de una potencia nuclear. Incluso un ataque convencional contra Rusia se consideraría entonces un ataque conjunto y podría dar lugar a una respuesta nuclear.
No hay referencias concretas a Estados específicos en el texto, pero, en el contexto de la guerra de Ucrania, se sugieren paralelismos con Ucrania (un Estado sin armas nucleares) y sus aliados de la OTAN (incluidas las potencias nucleares EE. UU. y Francia).
Una vieja formulación con un nuevo significado
En una entrevista concedida a DW, el experto independiente ruso en armas nucleares Pavel Podvig subraya que esta formulación existe desde 1995.
Sin embargo, en aquel momento «se asumía lo contrario: una potencia nuclear se consideraba una fuente potencial de agresión -sin duda, un Estado de la OTAN- y su aliado sin armas nucleares también debía ser castigado».
En la nueva doctrina, la agresión de un Estado perteneciente a una alianza militar -como la OTAN- contra Rusia o sus aliados se considera también una agresión de toda la coalición.
Más «peligros militares»
Asimismo, afirma que el Kremlin también podría considerar el uso de armas nucleares si recibe «información fiable sobre el uso masivo de medios aeroespaciales» y su cruce de la frontera rusa.
Esto incluye aviones, misiles y drones. El nuevo documento amplía la lista de los llamados peligros militares que justifican el uso de la disuasión nuclear.
A partir de ahora, esto incluye también la posesión de armas de destrucción masiva de cualquier tipo que puedan utilizarse contra Rusia, así como los ejercicios militares cerca de la frontera.
Además, según la doctrina, Rusia puede utilizar armas nucleares si existe una «amenaza crítica para la soberanía de la Federación Rusa y las armas convencionales». No se explica qué se entiende por «amenaza crítica».
La palabra «crítica» es crucial
Pavel Podvig señala que la versión anterior sólo se refería a una amenaza para «la existencia del propio Estado».
A la pregunta de si la ocupación de partes de la región rusa de Kursk por el Ejército ucraniano o los ataques con misiles estadounidenses a aeródromos rusos constituyen una amenaza a la integridad territorial de Rusia, Pudvig hace hincapié en la palabra «crítica» de la nueva doctrina.No está claro qué tipo de amenaza puede o no considerarse crítica.
Estas cosas deliberadamente no son definidas: siempre hay lugar para la interpretación en este tipo de documentos. «Como siempre digo: no se irá a juicio con esto, nadie celebrará una audiencia antes de un ataque nuclear», ironiza Podvig.
¿Es inminente la guerra nuclear?
Sin embargo, la nueva doctrina no significa que Rusia se esté preparando ya para una guerra nuclear, según Podvig. También considera extremadamente improbable el uso de armas nucleares contra Ucrania: «En términos militares, no tendría sentido, porque la situación en el frente no cambiará.
Hay que entender que la reacción a tal despliegue sería extremadamente negativa, y eso por parte de todos los demás países».El documento se limita a reservar el derecho a utilizar armas nucleares en tal o cual situación.
«Nunca dice que ‘las usaremos’ o que ‘estamos obligados a usarlas’. Todo se deja a la discreción de quien las utilice».
Se trata de un documento declarativo que se dirige hacia el exterior y explica a todos los posibles oponentes cómo ve Rusia el papel de las armas nucleares para garantizar su seguridad.
Mensaje a Occidente
Entre estos posibles oponentes, se incluyen también los políticos occidentales, a quienes se dirige principalmente la nueva doctrina nuclear rusa.
Así lo confirman también los comentarios de la prensa rusa. Por ejemplo, pravda.ru afirma que, aunque la doctrina no contiene disposiciones radicalmente nuevas, su importancia radica en que sirve de clara señal hacia otros Estados.»Los países que estén dispuestos a entrar en conflicto con Rusia se arriesgan a una respuesta nuclear.
Esta doctrina es, ante todo, un mensaje al equipo presidencial saliente de EEUU», resume el politólogo ruso Nikolai Kostikin. (
(md/ms )