Tras titubear en su segunda entrada de labor, Anderson Espinoza enderezó el camino y le regaló a Cardenales de Lara una de las mejores aperturas de su vida, y todo para empatar la Gran Final a dos triunfos por bando ante los Bravos de Margarita.
El derecho lanzó seis episodios de tres imparables, dos carreras -una limpia-, dos boletos y un ponche, para llevarse su primer y único triunfo en la postemporada (1-0), pues culmina su participación con los ‘pájaros rojos’ para viajar a Japón a lo que serán los entrenamientos primaverales de los Búfalos de Orix.
No obstante, para él esta apertura fue sumamente especial, no solo por ser la última de la campaña, sino por haber lanzado frente a su familia.
«Jugar en Venezuela tiene un alto valor sentimental para mí, porque hoy estaban presenciando este juego muchos familiares en el estadio: mis padres, hermanos e hija. Lanzar acá no tiene comparación», le dijo el diestro al periodista Carlos Valmore Rodríguez de IVC Networks después del partido.
Confió en su arsenal de pitcheos
Pese a marcharse, Anderson Espinoza se va con la satisfacción de haber efectuado una salida de calidad para que su equipo igualara la serie ante el conjunto insular. «Tengo ya pasaje comprado para Japón, porque debo cumplir con compromisos (con los Búfalos de Orix).
Por el momento, mi trabajo está completo. Hice lo que tenía que hacer, que era dar el máximo para lograr el empate. Voy a estar ligando ese título desde el avión», agregó.
Luego de ese parpadeo del segundo inning, el caraqueño retiró a 10 bateadores de forma consecutiva, en eso, fue clave la confianza en el nivel de su repertorio.
«Ataqué confiando en mis pitcheos. Mi recta de dos costuras es bastante buena. Todo lo que he dicho que soy, era el momento de demostrarlo en el montículo».
Jesús David Castellano (Líder)