El Festival de Cine Venezolano Memoria y Patrimonio, organizado por la Fundación Cinemateca Nacional, inició su segunda edición este sábado 1 de noviembre en la Sala Cinemateca en el Museo de Bellas Artes, Caracas, con la proyección del cortometraje “Taboga” (1938), dirigido por Rafael Rivero.
Esta obra es considerada la primera producción venezolana con sonido sincrónico y marcó el inicio del cine sonoro en el país, además de tratarse de un musical en blanco y negro que contó con la participación de la reconocida banda Billo’s Happy Boys.
Durante el acto inaugural, el presidente de la Cinemateca Nacional, Vladimir Sosa, destacó la importancia del festival como un espacio de encuentro y de preservación de la identidad cinematográfica del país.
“Este es un festival que funciona para la atracción de mis queridos amantes del cine como un espacio para preservar la memoria, la identidad de los pueblos y especialmente el nuestro, que es un pueblo maravilloso, hermoso, glorioso, aguerrido, irreverente”, expresó.
Sosa manifestó que este evento organizado por la Fundación Cinemateca Nacional, cuenta también con la participación de las comunidades organizadas.
“Las instituciones deben tener identidad propia, caminar y avanzar con su propia identidad, y en el caso de la Cinemateca los investigadores, estudiantes, docentes, hombres y mujeres de cine han depositado en nosotros la confianza de cuidar y preservar la memoria cinematográfica de este país”.
Para el presidente de la Cinemateca, el cine venezolano es reflejo de la riqueza cultural del país, porque “Venezuela es tan hermosa que no cabe en una sola película, hay que repetirlo para que comprendamos que es importante identificar un pueblo como el nuestro, y todas esas historias y narraciones son necesarias para construir una cinematografía y para que existan muchos festivales de cine temáticos de todas las formas posibles y poder reconocernos a través de las obras cinematográficas”, enfatizó.
Fuente: Min.CulturaVTV/DR/CP

