“Soy egresado de la Universidad de La vida”, dijo durante una entrevista con VLP noticias, Misael Flores, quien según contó, dio los primeros pasos hacia el periodismo, escribiendo poesías en hojas de papel y en las carteleras de la Escuela Mariano Montilla para varones, en la población de El Socorro, cuando tenía 18 años.
Desde entonces, han transcurrido más de sesenta años en los cuales ha sido uno de los protagonistas más activos de la historia sobre el proceso evolutivo del Periodismo en el estado Guárico.
Una entrevista con Misael Flores, es una conversación con la historia del periodismo regional, pero significa también adentrarse en el pasado de Valle de La Pascua, andar décadas en retrospectiva, y hasta conocer sobre lo que según su testimonio, aquello que fue la actividad más rentable de la economía local, cuando el medio de producción más importante, era «la cosa de las mujeres».
Soy de la vieja escuela, fundador de la Asociación Venezolana de Periodistas de Venezuela, AVP y del Colegio Nacional de Periodistas de Venezuela, CNP, del cual he sido Secretario General de la Seccional Guárico, además de miembro de su junta directiva por más de veinte años consecutivos”, explica, tras señalar que su número de afiliado al gremio periodístico es el 2121, el cual le fue otorgado a finales de los años ochenta, cuando se lo exigieron para ingresar a trabajar en el diario El Nacional.
Para Misael Flores, ser periodista, no solo es el oficio que ha realizado con mayor pasión durante décadas en medios impresos y radiales para llevar a los lectores de periódicos y oyentes de la radio, las noticias sobre el acontecer diario, aparte de dedicar innumerables páginas al periodismo de opinión, ejercer durante años, en el área institucional y editar varios periódicos, entre ellos, un tabloide para publicar semblanzas y crónicas sobre la vida de personajes y pueblos del estado Guárico. “Ser periodista, es también parte de mi vida”, comenta.
La entrevista tuvo lugar el 11 de julio de 2022 y transcurre al aire libre en la casa de su hijo Esteban, interrumpida muchas veces por el canto de los pájaros, el ruido de los motores y las bocinas de los carros que circulan por la avenida Libertador, a lo que se suman muchas personas que se detienen para saludar a Misael, a quien no ven todos los días como antes, porque lleva años residenciado en San Juan de Los Morros y esporádicamente visita a Valle de La Pascua, donde se reencuentra con amistades, asiste a entrevistas en programas de radio y aprovecha para degustar su plato favorito, la carne asada.
Joseito Guerra, reportero gráfico con más de treinta y cinco años en el oficio y le ha servido a Misael cómo asistente en muchas oportunidades, es uno de ellos. Antes de despedirse le ayuda a ordenar algunos datos sobre las publicaciones de periódicos que existieron en esta ciudad, en cuyas páginas, el entrevistado ha tenido participación directa con su incansable pluma que con mucha frecuencia aun se manifiesta, ya no en los periódicos impresos que sucumbieron en medio de la crisis. Ahora lo hace a través de las redes sociales.
El encuentro se sale un poco de lo que ha sido su trajinar en el periodismo y se orienta hacia la vida personal, para luego retomar la narrativa sobre el largo camino que lo llevo a convertirse en uno de los periodistas más leídos de la región central, en tiempos cuando en Venezuela existían muchos diarios impresos, emisoras de radio que expandían su señal por todo el amplio espacio geográfico nacional y periodistas de renombre que con sus trabajos, orientaban el rumbo de la opinión pública, o lo que algunos han llamado la masa crítica de la sociedad.
Mezcla de sangre árabe con venezolana
Fíjate, dice Misael, que por mis venas corre sangre árabe mezclada con venezolana. Nací en Cazorla, un pequeño pueblo ubicado al sur del estado Guárico, perteneciente hoy día, al municipio San Jerónimo de Guayabal, en los límites con el Apure, en el año 1940. Mi padre fue Faris Iskandar, un inmigrante árabe quien nació en El Líbano y llego a Venezuela a mediados de los años treinta, mi madre, Luisa de Jesús Flores, era nativa de El Socorro y para la época vivía en la población de Cazorla.
Cuando tenía dos años mis padres se mudaron a vivir en El Socorro, al igual que mis primos y otros socorreños que decidieron regresar y, es allí donde me crie, aprendiendo y realizando actividades propias del campo.
En El Socorro, trabajábamos en predios de la finca La manga, propiedad de la familia Felizola, donde fui becerrero, leñador, arreador de bueyes y cargador de agua. Después en Caracas, barrí calles y trabaje en areperas, mientras en las noches recorría los bares nocturnos donde vendía quesos de mano que me mandaban de La Pascua.
Te cuento que también trabajé como portero y camillero del antiguo hospital Guárico que estaba ubicado en la avenida Bolívar de San Juan de Los Morros, fui despachador en la Proveeduría de Medicinas del estado y me desempeñe como barman en un botiquín que perteneció a Amparo Muñoz.
En paralelo a la actividad periodística dedicó tiempo a la actividad agrícola en predios de Espino, por lo que visitaba mucho esa parte del sur del municipio Leonardo Infante, en la que está ubicada la población de Parmana, conocida por estar en las riberas del rio Orinoco y ser una zona de suelos fértiles muy buenos para la producción de patillas, melones, yuca y oleoginosas.
¿Cuántos hijos tienes?
Cinco. Dos varones y tres hembras.
Esteban Flores, Yamilcka Flores, Miyurdi Flores, Carolina Flores y José Ángel Flores. Cuatro migraron y tienen varios años viviendo fuera del país. Esteban es el único que queda en Venezuela.
¿Alguno estudio Periodismo?
No. Entre ellos hay médicos, odontóloga y un ingeniero en Informática. Una de las hembras que tuvo inclinación hacia el Periodismo, «yo mismo le aconseje que estudiara otra carrera».
A los llaneros les gusta la carne asada en vara y la sopa a leña. ¿Cuál es el plato favorito de Misael Flores?
Como a todo llanero, a Misael Flores le gusta la comida típica de la región. La carne asada, la sopa, la arepa, el palo a pique, la cachapa, el queso llanero y el queso de mano, “pero sobretodo, la carne asada en vara”. También el papelón, el de El Socorro es el que ha preferido desde niño. “En mi casa de El Socorro teníamos una molienda de caña con un trapiche de hierro”. “También me gustan las bebidas frías”.
¿Con cuales de tus amigos haz compartido más esos platos y bebidas?
En La Pascua tengo muchos amigos. Sin embargo, con quienes me reunía mucho, casi todos los días, era con mi compadre Adolfo Baloa y con el periodista Arturo Celestino Nadales, ambos ya fallecidos. Nosotros nos reuníamos para conversar, sobre cualquier cosa, comernos un pollo asado o una parrillada y tomarnos algunas cervecitas bien frías.
¿Donde se reunían?
En La Pascua hay muchos lugares, pero el preferido para reunirnos era El Carpi, porque aparte de ser un buen lugar, donde uno se podía tomar una cervecita fría, también podía comer el mejor pollo y una buena parrillada. El Carpi además estaba bien ubicado, al frente del negocio de mi compadre Adolfo Baloa, llamado Radiadores Baloa, el cual aun existe en la avenida Rómulo Gallegos. Lo único que teníamos que hacer era cruzar la avenida.
En días pasados en las redes sociales, de una manera bastante cruda, te referías a una actividad económica muy vieja, que según decías, fue en un tiempo la que más movió dinero en Valle de La Pascua. ¿Cuál era esa actividad?
En La Pascua la actividad económica que más movía plata, era la que se hacía con la cosa de las mujeres”. Aquí, eso lo sabe mucha gente, sobre todo los de mayor edad, quienes nacieron, se criaron, han vivido aquí por siempre y muchos que están en otros lugares.
En La Pascua durante mucho tiempo no hubo actividad económica que resultara muy rentable. La agricultura y la ganadería no producían muchos ingresos, tampoco el comercio, las bodegas no generaban tanto dinero. Entonces, lo que más movía plata era la actividad de las trabajadoras sexuales.
Aquí había muchos bares o botiquines con rockolas y casi todos tenían mujeres que sus dueños traian de otros lados a trabajar. Esos negocios a diario se ponían full de gente que escuchaba las canciones de las rockolas, jugaba domino, barajas, dados, bolas criollas. Se emborrachaban y se iban después a sus casas en la madrugada, limpios, sin una puya en el bolsillo.
RECUERDAS ALGUNOS DE ESOS NEGOCIOS
SI, el bar de Mery, el bar de Benancia, El Bar Stadium, El coleador, La Gran vía y El tamarindo, entre otros, eran muy famosos en esos tiempos donde “la cosa de las mujeres que allí trabajaban, fue sin lugar a dudas, la actividad económica más rentable de La Pascua”.
No era solamente en Valle de La Pascua donde existían bares con mujeres. Desde Zaraza, Tucupido, Chaguaramas y El Sombrero, hasta llegar a San Juan de Los Morros, hubo en tiempos pasados muchos negocios de este tipo.
El bar de Mery era famoso, pero también Guatacaro en Tucupido, el 40 en la carretera que va de Chaguaramas hacia El Sombrero y la Quinta, llegando a San Juan de Los Morros. Esos eran los paradores preferidos de los hombres, sobretodo los gandoleros.
Al inicio de la conversación contabas que comenzaste escribiendo poesías en hojas y carteleras escolares en El Socorro. ¿Que vino después?
En San Juan de Los Morros, Miguel Quintana Delgado, conducía un programa en Radio Guárico junto a Ali Almeida y Hernan Morales, ellos me invitaron a que me incorporara en ese espacio.
Después, el periodista Juan José Montenegro y el empresario Angelo Donaruma, motivaron a Parmino González Arzola, fundador de El Siglo de Maracay, quien tenía una impresora plana, para que editara un periódico.
En esa impresora se editó inicialmente el periódico Hoy, y después otro llamado Mañana. Mañana circulo por muy poco tiempo. “Allí, redactaba noticias, doblaba y encartaba los periódicos”.
Candela y otros periódicos de Valle de La Pascua
De acuerdo con el testimonio de Misael Flores, en Valle de La Pascua, la primera publicación periodística de la segunda mitad del Siglo XX, fue Candela. Ese periódico era de Dimas Castillo Belisario, quien después escribía para el diario El Universal. Otro periódico vallepascuense que apareció en simultáneo con Candela, fue El Revolucionario, el cual pertenecía a Manuel Fernández.
Enseguida, salió El Guariqueño. “Se hacía en la casa de Juan de Jesús Montenegro, quien era el jefe de Redacción, y yo me desempeñaba como editor y director. Fue el primer periódico en tener oficinas en La Pascua, y estaban ubicadas cerca de la Plaza Bolívar.
Luego salieron otros, como El Mensajero, editado por Luis Jaramillo, Manuel Pérez López y Miguel Ruiz Camero. Igualmente Expresión, La Hoja que lo hacia Diven Gómez Laya, además de otro conocido como Tribuna Juvenil, dedicado a divulgar las inquietudes de los estudiantes.
El Reportero fue el último periódico editado por Misael Flores durante muchos años. Fue un tabloide que comenzó publicando información general, pero después de doce años estuvo dedicado a la difusión de crónicas sobre personajes y pueblos del estado Guárico. Este impreso en sus últimos tiempos salía con dos ediciones, una para Valle de La Pascua y otra para San Juan de Los Morros.
A algunos le gustaba lo que escribía o decía por la radio, pero a otros, eso les incomodaba
Decir las cosas sin maquillajes a la hora de escribir, referirse en la radio a algunos temas que involucrara la incompetencia en una responsabilidad gubernamental o deshonestidad de algún político o funcionario público, sin importar el status dentro de las estructuras de poder, algo característico de su ejercicio periodístico, le hizo acreedor de la admiración de muchos, pero también provoco incomodidad en unos cuantos. Sobre ello tiene no solo recuerdos, también anécdotas.
En una oportunidad me correspondió entrevistar en Radio La Pascua al entonces presidente Luis Herrera Campins, quien también era periodista, me dijo, “el colega Misael es Flores, pero lo que tira no es ident”.
Carlos Andrés Pérez también reaccionó ante una descarga, durante una entrevista, con motivo de una gira que lo llevaba a Tucupido, pero al terminar el programa me agarro duro por un brazo y me dijo, te vas conmigo a Tucupido, acompañame”.
Periodista y gremialista con muchos reconocimientos
Misael Flores se desempeñó durante años como corresponsal de El Nacional, periódico en el que publicaba la columna de información y opinión conocida como La Guarura Guariqueña, corresponsal del famoso noticiero de Radio Rumbos, Noti Rumbos, que se oía en todo el país, asesor de prensa en varias alcaldías del estado Guárico, jefe de Prensa y Relaciones Publicas de la Gobernación de esta entidad, cargo que también desempeño durante 12 años en la Asamblea Legislativa, hoy Consejo Legislativo del estado Guárico y en la Alcaldía del municipio Caroní del estado Bolívar, director de la Casa de la Cultura Lorenzo Rubín Zamora de Valle de La Pascua y miembro del equipo de Extensión del Instituto Tecnológico de Los Llanos.
Realizó programas en Radio Rumbos, al igual que en varias emisoras guariqueñas y entrevistó a los presidentes de la República, Luis Herrera Campins, Jaime Lusinchi y Carlos Andrés Pérez.
Una Hora con La Comunidad que por más de treinta años se transmitió a través de Radio La Pascua 1370 AM, fue otro de los espacios donde tuvo mucha participación, junto a Mario Casamassima, hoy fallecido, y otros que eventualmente formaron parte de su panel de entrevistadores.
Ha recibido el Premio Regional de Periodismo, la Orden Ricardo Montilla en su única clase, orden Salvador González, condecoraciones del ejecutivo regional, Consejo Legislativo, premio interno de El Nacional, alcaldía,
Corpoven, asociaciones de productores agropecuarios, las cámaras de comercio y muchas otras instituciones públicas y privadas del estado Guárico.
Su inquietud por fortalecer el gremio de periodistas en el estado Guárico, le convirtió en miembro fundador de la desaparecida Asociación de Periodistas de Venezuela, AVP, donde recuerda entre otros baluartes, a Héctor Mujica y Eleazar Díaz Rangel.
Posteriormente fue electo Secretario General del Colegio de Periodistas Seccional Guárico y miembro de la junta directiva durante más de veinte años.
Uno de los valores que más ha cultivado, aparte de aquellos relacionados con el ejercicio del Periodismo, como son el compromiso con la verdad y la ética, es la humildad.
La humildad es lo más importante que debemos mantener siempre, afirma. Considera que las nuevas generaciones de periodistas con títulos universitarios lo están haciendo bien. Les recomienda que conserven siempre la humildad y que traten siempre de ser mejores.
¿Cómo ve Misael Flores el periodismo en la actualidad?
No hay medios donde desarrollarlo. Los medios son censurados o autocensurados. El periodismo impreso desaparece porque no hay tinta, no hay papel y otros elementos necesarios para editarlo, mientras el periodismo de radio y televisión está muy disminuido, bajo el control directo o indirecto del gobierno, y en el caso de los canales de televisión, de cada diez, uno es medianamente independiente.
DE LA VIEJA ESCUELA
Al final de la conversación Misael Flores deja claro que pertenece a la vieja escuela del periodismo, la de la AVP, donde entre sus fundadores a nivel nacional recuerda a Héctor Mujica y Eleazar Díaz Rangel, entre otros. En Guárico, esta responsabilidad le correspondió a Palminio González Arzola, Miguel Quintana Delgado, el poeta Jesús Bandres, Pedro Díaz Gil y su persona.
Hoy en día hay un buen número de periodistas. Yo no me atrevo a juzgar si son buenos o son malos. Les recomiendo sí, que sean ellos mismos, lo mas objetivos posible, que digan y escriban lo que vean sin torcer los contenidos, ser sencillos, humildes y atender a todos los sectores. ¨Ser policlasistas, que se muevan en todas las clases sociales y no en una en particular, por ninguna razón. El periodista debe desenvolverse en todos los sectores y con mucha honestidad¨.
Franklin Rodríguez VLP noticias.com