Desde que amanece, Marianela Moser y sus dos empleadas trabajan en un taller artesanal en la montaña caraqueña del Ávila, donde atemperan, moldean y empaquetan chocolates, un producto que se ha convertido en seña de identidad de Venezuela, que en 2021 exportó cacao y derivados por un valor cercano a 45 millones de dólares.
Pero, al caer la noche —cuenta Marianela a Efe— unos 10 duendes, provenientes de un bosque cercano, se adentran en el taller y trabajan para darle el sabor y el aroma que caracterizan a Chocolate Picacho, la marca que fundó en 2007 y a la que le ha creado esta historia de fantasía para despertar el interés de los niños en este alimento, cuyo Día Internacional se celebra este martes.
EFE