El preesente estudio tiene como objetivo valuar los métodos de vigilancia, los recursos de salud, y la cobertura de vacunación y la estratificación de los ingresos, así como cuantificar las cargas de enfermedad y muerte de la enfermedad por coronavirus del 2019 (COVID-19) en niños, niñas y adolescentes en el Caribe. La investigación consistió en un estudio descriptivo y transversal que incluyó a 15 países o territorios del Caribe y empleó encuestas y fuentes de datos secundarios. Las medidas de cuarentena y aislamiento fueron sólidas, igual que las estrategias de vigilancia. Había especialistas pediátricos disponibles en toda la región, pero pocos designados en hospitales pediátricos o unidades de alta dependencia. Hubo más casos en pacientespediátricos en las islas más pobladas. En comparación con los países y territorios de ingresos altos, los de ingresos medianos altos y medianos bajos presentaron una mayor carga de morbilidad, menos personal médico y de enfermería por 1 000 habitantes, menor capacidad de camas y menor cobertura de vacunación. Los casos de niños, niñas y adolescentes oscilaron entre 0,60% y 16,9%, en comparación con una tasa general de casos de 20,2% en el 2021. En agosto del 2021, hubo 33 muertes de pacientes pediátricos de Haití, Jamaica, Trinidad y Tabago y Barbados. Las tasas de mortalidad de los grupos etarios de 0 a 9 años y de 10 a 19 años fueron respectivamente de 2,80 y 0,70 en Haití; 0,10 y 0,20 en Jamaica; y 0,00 y 0,14 en Trinidad; en comparación con 0,17 y 0,1 a nivel mundial. La incidencia general de COVID-19 y la mortalidad en la población infantil fueron coherentes con las estimaciones mundiales. Se compensaron los recursos limitados con la disponibilidad de pediatras en toda la región y efectos directos mínimos en los niños. Priorizar la admisión de grupos específicos de riesgo, la capacitación de los equipos de respuesta inicial y las campañas de vacunación dirigidas a mujeres embarazadas y niños, niñas y adolescentes vulnerables podría beneficiar a los países con recursos limitados y bajas tasas de cobertura de vacunación.
Evans-Gilbert et al.