CRONICA | VALMORE GARCÍA | Llovió temprano, pero aún el cielo está encapotado y anuncia tempestad. La gente de Vente Venezuela seguramente hará conjuros para que se cierren las llaves del cielo y los oficialistas harán lo propio para que la garúa se convierta en diluvio. En el camino me consigo al indio Zamora, hermano del ciclista Cherry del boxeador Agustín y del presidente del Banco del pueblo en Bolivia, Noé.
Al decirle que voy al mitin de María, de inmediato me detiene y comenta a viva voz que esa candidata está inhabilitada y debe apoyar al candidato que no tenga sanción del gobierno, “y le aseguro que la oposición gana”.
Hay pocos buhoneros en la atarraya. Uno piensa que recogieron temprano para acompañar al recibimiento de María. Dos caras del reloj de la catedral marcan las once menos cinco y las otras dicen que faltan diez minutos para las once. No se sabe si es la mañana o la noche.
Al frente, está el camión que vende medicamentos de la india. Muchos no aceptan estos “remedios”, ni regalados.
En un costado dice que el arma fundamental del soldado es la medicina. La plaza Bolívar está íngrima y sola. Todavía permanecen en un costado los troncos ahuecados de un árbol que cayó el año pasado. El edificio que fuera hotel Venezuela, luce blindado, gris. Era lugar obligado para la pernocta de los políticos que en tiempos de campaña hacían sus mítines en la plaza Bolívar. Allí oímos la “palabra orientadora” del tribuno de América, Jóvito Villalba.
También escuchamos el verbo florido de Jesús “chuíto” Villavicencio, el discurso de Jorge Dáger, entonces del MIR, en un acto saboteado por la vieja guardia de Acción Democrática. También vimos, una mañana de agosto 1959, a Rómulo Betancourt. Andaba en campaña para la presidencia de Venezuela.
Nos asomamos a la González Padrón y observamos que los vehículos vienen en retroceso. Ocurre que el camión del sonido está ubicado en la esquina de la Paraíso. Mal signo. La gente de Vente tuvo miedo, pensamos. Prefirieron encallejonar a la candidata, en lugar de hacerlo desde La esquina de farmacia Popular. Desde la locación de la Rómulo Gallegos tenían más visión y control.
Y ese acto mágico de ver y tocar a la líder, la comunión que se establece entre María y sus seguidores pudo convocar a más electores. ¿También nos preguntamos, y el sonido? Quién la oirá desde la esquina de la canastilla a la popular. Sólo los que estén muy cerca.
Saludamos al morocho de Aura, a los compas de la esquina del arenal. Alguien pide la bendición y una colaboración para un jarabe espirituoso. Continuamos bajando hacia la Rómulo Gallegos y vemos al brillante cirujano vallepascuense, Juan Luís Loreto Párraga, con camisa manga larga, a cuadros, camina presuroso hacia el lugar de la tarima.
Me detengo un momento a saludar a Roberto, viejo amigo, visitante permanente de la casa del MAS en la calle real. Echo un vistazo hacia el lugar de la tarima y se reafirma la idea de que no fue una buena decisión colocarla allí.
Algunas pavas y otras no tanto, ataviadas con franelas azules de VENTE. Una y otra banderita del partido de María. Saludo a Jesús leal, abogado, cantante y cuatrista; ataviado de negro. Somos amigos desde la infancia. Recientemente ofreció un recital para los abuelos del geriátrico Alejandro Rodríguez Guzmán. Se acerca nuestro querido Pablo. Me refiero a Pablo Cabeza, alcalde del Municipio Ribas del 2000 al 2004. Luce muy bien físicamente.
Apenas un mechón a lo Miguel Aceves Mejías hablan del paso de los años. Albertico Ponce, guitarrista y figura importante del Sistema de Orquestas en Tucupido se integra al grupo. Comentamos la dura situación de inseguridad que vive la región y especialmente Ribas. A unos pasos del lugar donde conversamos estuvo el chuto que fue la tarima desde la cual habló el Tte Coronel Hugo Chávez en agosto del año 1998. Entonces, Chávez era el vengador. Veinticinco años después le corresponde este papel a María.
Alguien dijo en Punto y Seguido que no era María corina, sino María Esperanza. En la esquina de la popular está, en mi opinión, la masa crítica. Veo a Juan Pablo, Carlos Torres, Ysmael Polo, Héctor Ortega. No veo al flaco Camero, tampoco a Domaciano. Busco a José Cristóbal y tampoco está presente. Saludo a Fidel Castro de Tucupido, buen amigo.
También al negro Ruíz Salazar. A unos metros, arropada con el tricolor patrio Verónica Figueroa. Saludo a Ángel Bolívar, de la audiencia cautiva de Punto y Seguido. A quien no visualizo es a la jefa política de Vente Venezuela en Infante, Nélida Maita abogada y exreina de la feria de la Candelaria.
Converso con el profesor Manuel Camero. Hace un vuelo rasante por la situación política del país y la trama urdida por el gobierno para impedir las primarias y atornillarse en el poder. Junior se incorpora a la audiencia y planificamos una tenida para los próximos días, con invitados proactivos, café, té verde y galletitas. Pregunto por José Manuel González, artífice del voluntariado y no hay respuesta. Tampoco veo a Giovanny Salazar.
Taca taca pasa en su unidad y se hace el Willy Mey. Con desenfado dirige su mirada a la derecha. Ninguno de los presentes está al tanto de que un grupo de facinerosos, ubicados en la entrada del pueblo, impide la entrada de María a Valle de la Pascua.
Estos individuos ayer recibieron gasolina y alguna promesa de algo más. ¿Por parte de quién? Arriesgue una respuesta, piense mal y acertará.
¿Más tarde, el motorizado que se colocó la capucha para embarrarla será capaz de pensar en lo que hizo? Hay un murmullo. Se acerca un grupo con una pancarta de tela que reza: Adecos con María Corina. El exalcalde Pedro Loreto y un grupo de mujeres que apoyan a la candidata de Vente Venezuela.
De pronto vemos el movimiento, el agite y el entusiasmo. Es la candidata, es María que logró sortear a los violentos. La abrazan, le tiran besos, una abuela de pelo blanco la recibe con lágrimas de emoción.
El tropel de gente la encamina hacia la tarima, “desubicada” en la paraíso con González Padrón. Al lado de María está Pedro Antonio de Mendonca, sin cola de caballo, camisa a cuadros. A quien no logro ubicar es a Nélida Maita. María Corina deja oír su voz de compromiso con Venezuela y reafirma que el camino es hasta el final. Unos rufianes pagados por los enemigos de la democracia lanzan “tetas” de sangre descompuesta contra los que están en la tarima. Seguramente prepararon sus “proyectiles” en el matadero.
Me comenta Eduardo que tenían las bolsas de sangre en un tobo. La gente ubicada en la esquina de la popular no oyó las palabras de la candidata. Fue breve la intervención de María. Hubo la comunión y las fotos, muchas fotos y videos.
Gracias al desarrollo tecnológico, Venezuela entera conoció lo que ocurrió con María en Valle de la Pascua. Decía Misael Flores: Amanecerá y veremos.
Valmore García | Foto: Luis Lara
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